sábado, 28 de noviembre de 2020

John Berendt: Medianoche en el jardín del bien y del mal (***)

(448 pág.; Literatura Random)                                  (64; noviembre de 2020)

No creo que haya tardado ni cinco días en leer este libro, a pesar de que tiene más de cuatrocientas páginas, pero su lectura me atrapó y, como disfrutaba leyéndolo, solo lo dejaba cuando el sueño me vencía. A veces te encuentras con libros muy interesantes de los que nadie habla aquí, aunque en el New York Times estuvo tres años entre los más leídos.

Savannah tiene fama de ser una de las ciudades más bonitas de Estados Unidos por su diseño, ya que es, quizá, la ciudad que más plazas tiene en el mundo y, en boca de un personaje de la novela “eso hace que los automóviles no circulen a mucha velocidad”, además de las magníficas mansiones restauradas del centro de la ciudad. Y de Savannah, sobre todo, va la primera parte de esta novela pero, y esto es tan importante como lo anterior, también habla de las personas que viven en ella, que son tan singulares, que todavía hacen más singular a la propia ciudad. Berendt dice que hay muchos personajes reales en su historia, pero a los que me refiero en la línea anterior, es difícil de creer que sea así, aunque bienvenidos sean, pues son ellos los que hacen que la lectura sea de lo más entretenida posible y de ahí resulta el éxito que tuvo y que fue reflejado en el NYT.

La segunda parte se centra en un juicio y tampoco pierde su aliciente, pues no es normal todo lo que sucede en él, pero si hay algo inolvidable en esta historia es la veintena de historias relativas a las personas que viven o vivieron en Savannah en el periodo en el que transcurre la narración.





“Era alto, tendría unos cincuenta años de edad, y era de rasgos apuestos aunque oscuros, siniestros casi: llevaba un bigote correctamente recortado, el cabello plateado en las sienes, y tenía unos ojos tan negros que recordaban los cristales tintados de una reluciente limusina, de modo que el veía lo de fuera, pero era imposible ver su interior.”



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