sábado, 21 de noviembre de 2020

Eduardo Mendoza: El rey recibe (**)

(366 pág.; Booket)                              (62; noviembre de 2020)

Regalo de Joel para mi cumpleaños, buen regalo, pues Marisol ya lo había leído y yo lo tenía en el punto de mira, pero lejos todavía de saltar a primera línea y, al tener el libro, se ha colado a muchos otros.

El protagonista de la historia es un joven que intenta ganarse la vida como periodista y al que un golpe de suerte le coloca frente a un príncipe cuyo país fue anexionado por la U.R.S.S. El príncipe no concede entrevistas y haberla conseguido hace que el joven gane muchos enteros, tanto es así, que termina yéndose a trabajar a Estados Unidos en la Cámara de Comercio española.

El tono desenfadado de Mendoza, explicando la historia reciente de España (reciente, visto con perspectiva) es un placer, ya que no solo informa, sino que el lector, de cierta edad, se lo pasa muy bien recordando el tiempo en el que la gama de colores del arco iris iba del blanco al negro, y esto viene a ser las dos terceras partes de la novela. El resto es un largo final en el que el mencionado príncipe le cuenta al periodista la historia de su país imaginario, muy bien contada e interesante, por cierto, pero que me pareció de longitud exagerada, teniendo en cuenta que rompe la dinámica de la historia principal que era ligera y divertida. Dicho esto, es un Mendoza, que no es poca cosa.





“Pollensa, 14 de julio (crónica telefónica de nuestro enviado especial Rufo Batalla). — Bajo un cielo resplandeciente y junto a una playa paradisiaca bañada por el mar, se ha celebrado la suntuosa boda del heredero de una de las más antiguas realezas de Europa con una bella señorita perteneciente a una noble y adinerada familia de la aristocracia inglesa.”



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