(368 pág.;
Alianza) (12;
marzo de 2013)
En marzo de
2002 Marisol y yo estuvimos en Granada, en un hotel a los pies de La Alhambra y
pasamos unos días maravillosos: con sol, con una visita estupenda a esta
maravilla que es el monumento más visitado de España y con una lluvia
torrencial el último día que nos caló hasta los huesos, pero que no nos quitó
ni un ápice de la dicha de esos tres días.
Pues lo
mismo se puede decir de este lírico libro de Irving: que aunque haya sido
escrito hace casi dos siglos, recrea unas épocas, la suya durante su estancia
en Granada y la de los árabes que la construyeron, disfrutaron y tuvieron que
abandonarla, de forma que te deja muy buen regusto.
Se disfrutan
tanto las historias maravillosas de los califas, la mayoría divertidas,
justicieras en el sentido que el personaje malo de la historia no sale
victorioso, como las descripciones de su viaje y sus apotegmas al estilo de
vida en la España que él conoció y que más de uno piensa lo mismo de la de hoy
en día. Valga este como ejemplo: “… los domingos, los días de los santos y los
innumerables días feriados, que en España son casi más numerosos que los días
de trabajo.”
“En la primavera de
1829, el autor de este libro, que se había sentido atraído a España por la
curiosidad, hizo una excursión desde Sevilla a Granada, en compañía de un
amigo, miembro de la embajada rusa en Madrid.”
eBook: sí.
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