(198 pág.;
Anagrama) (61;
noviembre de 2011)
En el
entierro de una mujer están su marido y tres hombres que fueron sus amantes
antes de que se casara. Los cuatro se conocen, lo saben y hay relación entre
ellos. Entre los amantes hay un músico, un periodista y un político. Con estos
mimbres el autor crea una tupida red de la que no se pueden escapar. En
Amsterdam terminan, nuevamente, encontrándose los cuatro.
El párrafo
anterior intenta, sin desvelar nada, crear un ambiente o una razón por la que
leer este libro, lo suficientemente corto como para que, en el caso de que no
guste, no se haya perdido mucho tiempo. A mí me ha gustado lo suficiente como
para recomendarlo y aconsejar que el primer capítulo dedicado al músico no sea
tomado como modelo del resto de la novela, sino como una manera de crear una
atmósfera alrededor de la tarea de componer, que no la conozco, pero que me la
hizo creíble, aunque pueda ser un poco tediosa su lectura.
La
contraportada tiene algunas frases de sus críticos, entre ellas que es su
novela más divertida. Este lector se entretuvo con la lectura del libro, pero
no halló dónde vio la diversión el crítico.
“Dos antiguos amantes de Molly Lane esperaban fuera de la
capilla del crematorio, de espaldas al frío de febrero.”
eBook: sí. http://www.quedelibros.com/
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