domingo, 29 de enero de 2012

Ian McEwan: Amsterdam (**)


(198 pág.; Anagrama)                                   (61; noviembre de 2011)

En el entierro de una mujer están su marido y tres hombres que fueron sus amantes antes de que se casara. Los cuatro se conocen, lo saben y hay relación entre ellos. Entre los amantes hay un músico, un periodista y un político. Con estos mimbres el autor crea una tupida red de la que no se pueden escapar. En Amsterdam terminan, nuevamente, encontrándose los cuatro.

El párrafo anterior intenta, sin desvelar nada, crear un ambiente o una razón por la que leer este libro, lo suficientemente corto como para que, en el caso de que no guste, no se haya perdido mucho tiempo. A mí me ha gustado lo suficiente como para recomendarlo y aconsejar que el primer capítulo dedicado al músico no sea tomado como modelo del resto de la novela, sino como una manera de crear una atmósfera alrededor de la tarea de componer, que no la conozco, pero que me la hizo creíble, aunque pueda ser un poco tediosa su lectura.

La contraportada tiene algunas frases de sus críticos, entre ellas que es su novela más divertida. Este lector se entretuvo con la lectura del libro, pero no halló dónde vio la diversión el crítico.




“Dos antiguos amantes de Molly Lane esperaban fuera de la capilla del crematorio, de espaldas al frío de febrero.”


eBook: sí.                                                       http://www.quedelibros.com/


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