(325 pág.;
Alfaguara) (55;
octubre de 2011) (Premio
Nobel 1949)
Otro libro
difícil de leer. Los dos primeros capítulos, es decir la mitad del libro, tienen una curiosa sintaxis: no hay interrogantes y las respuestas van a continuación
de las preguntas; los pensamientos del narrador se entremezclan en la acción
(aunque aquellos van en cursiva); muchas veces se habla de un personaje sin
saber quién es, aparte de que dos de ellos tienen el mismo nombre y a otro se
lo cambian; resumiendo, a un tris he estado de dejarlo.
Pero los dos
últimos capítulos son normales, con lo que te enteras de qué va la historia:
tres generaciones de una familia en los inicios del siglo XX en la América (del
Norte) profunda. El narrador de la primera parte padece un elevado grado de
subnormalidad, y el protagonista de la segunda es un déspota sin miramientos,
la madre fallece antes que la abuela y esta no puede manejar a toda la familia
y a los sirvientes que tienen. En fin, una alegría. Al final hay un apéndice en
el que aclara los entresijos de la familia y que yo aconsejaría leerlo primero,
aunque se pierda la intención del autor en que sea el lector (atento y
perspicaz) el que lo vaya descubriendo.
Le daré otra
oportunidad porque quiero pensar que este libro debía ser uno de esos intentos
por escribir de forma diferente y abrir nuevas vías, pero …
“A través de la cerca, entre los huecos de las flores
ensortijadas, yo los veía dar golpes.”
eBook: sí.
eBook: sí.
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