(229 pág.;
Anagrama) (57;
noviembre de 2011)
Hace unos
diecisiete años leí una novela de Martín Gaite, seguramente La reina de las
nieves. Yo apenas había leído literatura española, así por encima, un libro de
Marsé y un par de Cela. No creo que mucho más. Aquel libro, del que ahora no
tengo ningún recuerdo, sé que me gustó y me impresionó.
Como en casa
hay una media docena de esta autora, ya tocaba leer otro. Y por razones muy
personales he elegido el que escribió a continuación, con lo que aquel fue el
primero y el último de una etapa de mi vida y este es el primero, pero no será
el último de esta etapa, que sí será la última.
Dejando ya la
parte autobiográfica, por la parte lectora he de decir que quizá no me haya
gustado como aquel (yo tampoco soy aquel), pero sigue siendo una autora a tener
en cuenta y que hace disfrutar con las frases que pone en boca de la
protagonista con las que intenta transmitir los sentimientos de esta: una joven
que ha perdido recientemente a su madre, su padre ya había formado otra familia
y tiene a su abuelo muy delicado; pero aunque parezca un drama no lo es, sino que
es un fragmento en la vida de esta muchacha de los que cualquier persona puede
decir que ha vivido.
Quizá la forma de escribir de Martín
Gaite sea fácil, no lo sé, pero la sensación que me deja es que es una hábil
trenzadora de bellas palabras y eso no me disgusta.
“Hay veces en que lo normal pasa a extraordinario así por las
buenas y lo notamos sin saber cómo.”
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