domingo, 13 de marzo de 2016

Robert Graves: Yo, Claudio (***)

(508 pág.; El País)                                          (15; marzo de 2016)
En la época que no leía, que he explicado unos libros antes, este se pasó bastante tiempo sobre mi mesita de noche, y por ende, bastantes años a que lo leyera. Pero no hay espera que no valga la pena si es para un disfrute como el que proporciona este estupendo, ingenioso, instructivo, apasionante, divertido e intrigante libro. Y el que tenga dudas de que no sea así, y mucho más, que deje de leer mis anodinas líneas y lea las cuatro primeras del libro que figuran al pie de la portada… y coja el libro y siga leyendo.
La vida en el imperio romano desde Augusto hasta Calígula, pasando por Tiberio. Más o menos cien años de historia con el centro en el inicio de nuestro calendario. Claudio nos lo va contando todo: bodas, divorcios, nombramientos de cónsules, sacerdotes y demás cargos importantes, conquistas, honores; y todo ello de una manera ágil, interesante, por lo que la lectura va avanzando cada vez a más velocidad y sin tener ganas de que se detenga en ningún momento.
Como no quiero explicar nada (más) de la historia, quiero mencionar a un personaje que abarca casi todo el libro y que es principal en él: Livia. Y también, fuera de líneas, creo que se debe recordar para el que no la conozca la fabulosa serie, en blanco y negro y formato teatral, que produjo la BBC con esta historia y que lleva el mismo nombre. Imperdibles ambas.




“Yo, Tiberio Claudio Druso Nerón Germánico Esto-y lo-otro-y-lo-de-más-allá (porque no pienso molestarlos todavía con todos mis títulos), que otrora, no hace mucho, fui conocido de mis parientes, amigos y colaboradores como «Claudio el Idiota», o «Ese Claudio», o «Claudio el Tartamudo» o «Cla-Cla-Claudio», o, cuando mucho, como «El pobre tío Claudio», voy a escribir ahora esta extraña …”


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