martes, 24 de septiembre de 2013

Jung Chang: Cisnes salvajes (**)

(652 pág.; eBook)                                          (56; septiembre de 2013)
Cuando empecé a leer esta saga me pareció un libro muy interesante, de lectura casi obligatoria, pues aunaba sencillez, verosimilitud y amenidad. Pero la historia de China, entre los años diez y ochenta del pasado siglo, pasa del feudalismo al comunismo y el relato de esta familia, y del pueblo chino en general, de dramático a trágico.
Mi curiosidad occidental por conocer la vida en China me hacía degustar el devenir de la historia, pero tanto sufrimiento personal por los miembros de esta familia, tanto desatino político y social, tantas muertes y sufrimientos inferidos, no sólo por los capitostes del régimen, que sólo fueron Mao, su esposa y quienes ellos dos quisieron, sino por el pueblo llano, por venganzas, o por miedo a sufrir las consecuencias de no delatar a suficiente gente, me hicieron desear llegar al final y dejar de conocer tanto desatino.
En los últimos años de esta historia yo ya había dejado de ser adolescente y empezaba a enterarme de lo que sucedía por esas latitudes, pero a la vista está que sólo fue de manera muy superficial. El libro podría ser más interesante si no fuera narrado como un diario, pues hay capítulos que sólo abarcan unos pocos meses y, aunque sean ciertas todas las historias que se explican, la atención del lector se disipa ante tantísimo horror.



“A los quince años de edad, mi abuela se convirtió en concubina de un general de los señores de la guerra quien, por entonces, era jefe de policía del indefinido Gobierno nacional existente en China.”

eBook: perfecto


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