(374 pág.; Anagrama) (50; agosto
de 2013; en Huesca)
La imagen que aparece en la portada
describe perfectamente de qué va la historia: los edificios del fondo
representan a Cambridge, en concreto a una institución del mismo, de la que el
señor que está en silla de ruedas con la mirada aviesa y bebiendo como un
cosaco (con perdón de estos), es, ni más ni menos, que el actual rector y que antes
era el portero mayor, pero fue ascendido de forma fulminante por el anterior
rector que falleció de manera harto sospechosa, como expone su viuda en la
primera frase del libro. Los pares de ojos que aparecen ocultos entre las ramas
del árbol son otros directivos del colegio y también tiene mucho que decir,
hacer y como dicen y hacen, por ende, esconderse.
Una historia más en la que Sharpe
nos muestra su ingenio, su desbordante imaginación y su total falta de respeto
por las instituciones universitarias (¿sólo inglesas o es exportable su
modelo?), creando unas situaciones que si no llegan a ser desopilantes, cuando
menos te hacen sonreír y pasar unas horas agradables… siempre y cuando estés
convencido que todo es producto de la imaginación del autor y que cualquier
parecido con la realidad es pura casualidad.
“–A Godber lo asesinaron -dijo Lady
Mary-.”
eBook: correcto. Calibre
0.6.13
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