domingo, 8 de septiembre de 2013

Tom Sharpe: Becas flacas (**)

(374 pág.; Anagrama)                                   (50; agosto de 2013; en Huesca)
La imagen que aparece en la portada describe perfectamente de qué va la historia: los edificios del fondo representan a Cambridge, en concreto a una institución del mismo, de la que el señor que está en silla de ruedas con la mirada aviesa y bebiendo como un cosaco (con perdón de estos), es, ni más ni menos, que el actual rector y que antes era el portero mayor, pero fue ascendido de forma fulminante por el anterior rector que falleció de manera harto sospechosa, como expone su viuda en la primera frase del libro. Los pares de ojos que aparecen ocultos entre las ramas del árbol son otros directivos del colegio y también tiene mucho que decir, hacer y como dicen y hacen, por ende, esconderse.
Una historia más en la que Sharpe nos muestra su ingenio, su desbordante imaginación y su total falta de respeto por las instituciones universitarias (¿sólo inglesas o es exportable su modelo?), creando unas situaciones que si no llegan a ser desopilantes, cuando menos te hacen sonreír y pasar unas horas agradables… siempre y cuando estés convencido que todo es producto de la imaginación del autor y que cualquier parecido con la realidad es pura casualidad.



“–A Godber lo asesinaron -dijo Lady Mary-.”

eBook: correcto.                                            Calibre 0.6.13



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