sábado, 20 de agosto de 2011

Jane Austen: Mansfield Park (**/***)

(563 pág.; Plaza& Janés)                   (8; febrero de 2011)
            Era, sin duda, una escritora pendiente, y ha sido un placer leerla.
            Retrata los personajes con unas pocas palabras y ves cómo aparecen ante ti. Es curioso como los personajes hablan con párrafos realmente largos, dando toda clase de explicaciones sin que sean interrumpidos por sus interlocutores y que estos, a su vez, respondan también largamente.
            Los estamentos sociales están claramente reflejados en esta novela, incluso dentro de una propia familia: el hijo mayor se queda el apellido y la fortuna, el siguiente tiene que buscarse un medio de vida … y las hijas … un primogénito con el que casarse, por lo que es habitual, cuando una casadera oye hablar de un joven soltero, que pregunte por su renta anual.
            La novela fue publicada a principios del siglo diecinueve y es de suponer que a las familias pudientes no les haría mucha gracia verse reflejadas de la forma en que aparecen en ella: vacías, preocupadas por el qué dirán y sin otro afán ni ocupación más allá de cómo llenar el tiempo.
Unos de los mejores capítulos de la novela son los que describen que, precisamente para llenar tanto tiempo libre, se les ocurre representar una obra de teatro en ausencia de su padre, aun a pesar de que este no lo aprobaría.
Aunque peque de repetitivo: si un libro escrito doscientos años atrás ha llegado hasta nosotros, leerlo no será en balde.


“Hará unos treinta años, miss Maria Ward, de Huntingdon, con una dote de sólo siete mil libras, tuvo la buena fortuna de cautivar a sir Thomas Bertram, de Mansfield Park, condado de Northampton, viéndose así elevada al rango de baronesa, con todas las comodidades y consecuencias que entraña disponer de una hermosa casa y una abultada renta.”

eBook: sí.


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