(49 pág.; -) (16; marzo de 2022)
Josep M. escoge este libro de Stevenson para el número
veinte del CLC y me dedico a él después del de Machado: el que hoy comento no
sale bien parado después de su lectura, a pesar de que ambos son bien cortos.
También lo son los de Poe y, a mi parecer, son superiores a este. El cuento de
terror es difícil, y cuanto más tiende a la novela más difícil, pues considero
que este género, al igual que el humor, es muy propio de la persona y su
entorno; es decir, un chiste no hace la misma gracia, o no se entiende igual,
aquí que en las antípodas y al terror, sobre todo escrito, le sucede lo mismo.
Y más si la historia en sí no se explica suficientemente
ni al principio ni en el desarrollo: un soldado británico viene a España a
recuperarse y se aloja en la mansión de una familia que había sido importante y
ahora apenas puede subsistir. Le atiende el hijo, que parece no tener muchas
luces, de la señora de la casa, y tarda en conocer a esta como a su hija, de la
que se siente enamorado antes de conocerla.
Tanto el autor como esta obra están muy bien considerados, por
lo que el equivocado soy yo, pero a mí no me ha cautivado en absoluto.
“—Mi misión —dijo el doctor—
está ya cumplida, y puedo afirmar con orgullo que bien cumplida.”