sábado, 1 de agosto de 2020

Elizabeth Strout: Olive Kitteridge (***)

(377 pág.; Mirmanda)                        (32; julio de 2020)

Qué libro tan bueno y curioso, a la vez. No es un libro de relatos, pero los capítulos lo parecen, pues cada uno de ellos explica las situaciones personales de personajes diferentes a los del anterior capítulo, aunque en todos, si no me equivoco, aparece Olive bien como protagonista, bien como mero secundario. A pesar de que los personajes sean diferentes, todos son familiares, amigos (pocos) o conocidos de Olive y así va creando la historia en torno a ella.

Olive Kitteridge es una maestra de matemáticas jubilada y de muy malas pulgas, pues nada le parece bien. Todos la temen o recuerdan con miedo. Sus opiniones nunca son favorables a nadie y siempre cree que nada saldrá como se desea. Su marido, el farmacéutico del primer párrafo, es todo lo contrario a ella, siempre dispuesto a echar una mano y deseoso de que se vean cumplidas las ilusiones de los demás. Con estos mimbres la autora va presentando las personas que tienen contacto con la protagonista y las relaciones entre ellos, junto con las opiniones de Olive, las cuales llegan a ser tan cáusticas y siempre tan desfavorables que llega un momento que uno tiene que sonreír al ver la poca simpatía que demuestra la protagonista. La historia principal está alimentada de muy buenas historias particulares. Estupendo libro.





“En Henry Kittering va treballar molts anys de farmacèutic al poble del costat.”



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