(leídas 15 de 148 pág.; -) (9; marzo de 2019)
Hace unos ocho años que leí de él un pequeño libro que
compartía con Santa Teresa de Jesús y, como me gustó, he repetido. Cuando haya leído unos cuantos libros más aparecerá ella de nuevo. Esta obra es la más reconocida
de San Juan de la Cruz y, en mi absoluta ignorancia, lo que no sabía era que
explicaba a unas monjas ese cántico; es decir, las quince páginas que he leído
son dos veces el poema, pues en una de ellas tiene una estrofa más, y un par o
tres de páginas con las explicaciones del santo que pueden ser muy interesantes
para muchas personas, pero a mí me parecieron un tostón. Con todo respeto.
Este cántico está compuesto de versos que los esposos se
dirigen el uno al otro. He de reconocer que los versos me han gustado y de ahí
que me parezca que su lectura es muy recomendable… hasta que empieza la prosa.
Para tener una idea de esta, véase el incompleto párrafo que aparece después de
la portada.
“1. Por cuanto estas canciones,
religiosa Madre, parecen ser escritas con algún fervor de amor de Dios, cuya
sabiduría y amor es tan inmenso, que, como se dice en el libro de la Sabiduría
(8, 1), toca desde un fin hasta otro fin, y el alma que de él es informada y
movida, en alguna manera esa misma abundancia e ímpetu lleva en su decir, no
pienso yo ahora declarar toda la anchura y copia que…”
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