domingo, 17 de marzo de 2019

Henrik Ibsen: Hedda Gabler (***)


(132 pág.; Forgotten Books)                          (10; marzo de 2019)
Repetir un autor del cual no tengo más libros en casa resulta caro en tiempo: seis años ha/he esperado, y eso que valoré La casa de muñecas de lectura imprescindible, es decir, que tengo a Ibsen muy bien considerado, pero hay otros más, muchos, quizá demasiados por leer; pero si no lo hiciera de esta manera me encontraría agotando a un autor y dejando a muchos otros de lado y no llegaría a leerlos nunca. No se puede con todo. Pero la espera ha valido la pena: la señora Gabler ha sido una corta, pero gran e intensa compañía. Ahora la espera aún será mayor y ya se empieza a correr el riesgo de que no llegue a tiempo. Ya veremos, que no será por ganas.
Hedda y su esposo acaban de volver de su viaje de novios. En su casa les espera la tía de él: una señora mayor que vive cerca y cuida a otra tía de salud delicada. A Hedda no le hace gracia que se inmiscuyan en su vida por lo que le hace ver que no es muy bienvenida su presencia en esa casa, así como la de la persona de servicio que tienen y que ya había cuidado de su esposo cuando era un niño. La protagonista irá tomando el control de todo y no lo hará de forma sutil ni escuchando a su marido.
No explico qué tiene que ver la pistola de la portada porque Ibsen lo hace mucho mejor de lo que yo pueda hacerlo y si empiezas a leer el libro ahora en un par de horas lo sabrás… y habrá valido la pena.





“JULIA. (Se para delante de la puerta, escucha un rato, y dice a media voz:)—Pues, por lo visto, no se han levantado aún.”



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