sábado, 6 de enero de 2018

Flàvia Company i Navau: Haru (**)

(380 pág.; Catedral)                         (71; diciembre de 2017)
Cuando estaba cerca de leer el libro número 550 Anna ya me había preparado su recomendación. A ella le había gustado, aunque tenía dudas de si me gustaría a mí. Obviamente, nos conocemos. Este libro es para recomendar a una adolescente o a una persona a la que le guste la filosofía oriental, sin que con ello quiera decir que no esté bien, pero no es de mi estilo. Ya no faltan muchos para los 600; ya veremos qué me depara el destino.
Haru, la protagonista, cuando muere su madre es ingresada en una escuela para aprender a tirar con arco. La escuela imparte sus enseñanzas envuelta en todo el misticismo oriental y Haru es muy dada a dejarse llevar por su ímpetu juvenil, lo que obliga a los tres profesores de la escuela a domeñarla. Ella no es la única alumna y tampoco es la única a la que le cuesta doblegarse ante la disciplina. La novela nos explica, de manera más o menos detallada, sus años en la escuela y luego, a vuelapluma, sus años de adulta, pero sobre todo, da una visión ejemplarizante de cómo alcanzar lo que uno desea o, a veces, lo que no sabe que desea, pero que puede hacer que su existencia haya tenido significado para sí y los demás.




“La condició perquè jo els expliqui aquesta història és que no em preguntin d’on l’he treta i que acceptin que hi haurà detalls que no conegui o per als quals no tingui explicació.”


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