domingo, 5 de junio de 2016

Jeffrey Archer: Juego del destino (**)

(614 pág.; El País)                                          (35; mayo de 2016)
Para leer un libro de seiscientas páginas en tres o cuatro días ha de ser ligero, entretenido y que no te haga pensar mucho más allá de la acción propia de la historia y si encima es bueno, es como un trébol de cuatro hojas, que alguno me he encontrado.
Este sólo es un trébol, con algunos errores (a mi parecer) en aras a que la acción tenga mayor intensidad o pueda suceder lo que el autor tenía previsto que así fuera, pero como es de lectura ágil, se le pueden perdonar esos pecadillos y algunos más, como que los protagonistas sean todos buenos y leales, menos uno de ellos que está hecho de la piel de Barrabás. Brevemente: dos hermanos gemelos son separados el día en que nacen (el futuro lector sabrá por qué si lee el libro) y sus vidas bastante parecidas en cuanto a los logros personales, hasta que el destino hace que sus caminos se crucen.
La acción transcurre en Estados Unidos y fue una gran sorpresa para mí que el autor fuera un lord inglés. Este es un libro para leer durante las vacaciones o bien entre dos sesudas obras.




“Susan aplastó firmemente el helado en la cabeza de Michael Cartwright.”


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