sábado, 23 de abril de 2016

Richard Yates: Vía Revolucionaria (***)

(408 pág.; Debolsillo)                                    (24; abril de 2016)
Anna me regaló este libro por Reyes porque de algún sitio saqué que debía leerse. A mí no me decía nada ni el título ni el autor, pero lo pedí, me lo regalaron y leí la contraportada, y ahí sí que me di cuenta de que sí sabía de qué iba: hay una película que vimos Marisol y yo, Revolucionary road, que no nos gustó nada. ¡Ay, señor, dónde me había metido!
Y aunque es cierto que al inicio de la novela la pareja protagonista no para de gritarse y enfadarse por todo, similar a las escenas que han quedado en mi memoria de lo que vi, luego el autor profundiza en el trabajo del marido, en lo que este siente respecto de lo que hace y como ve pasar su vida y espera seguir haciéndolo; también nos va descubriendo qué es lo que desea hacer la esposa a fin de que mejoren las condiciones entre ellos y su nivel económico y, a su vez, hay personajes secundarios que arropan a estos dos principales y dan una buena consistencia a esta historia.
Marisol dice que es una historia de neuróticos norteamericanos, y seguro que tiene razón, pero creo que está bien contada y no se aleja mucho de una realidad que nosotros podamos conocer, esto hace que al leerla te des cuenta de que en la vida uno tiene unos deseos que el devenir va puliendo y puliendo, de forma sutil o acerada, y que cada uno termina aceptando y asumiendo su realidad… o neurótico, sea o no norteamericano.




“Los sonidos finales del ensayo general dejaron a los Laurel Players allí plantados, sin nada que hacer, callados e indefensos, parpadeando ante las candilejas de un auditorio vacío.”


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