sábado, 8 de diciembre de 2012

Markus Orths: La sala de profesores (**)


(158 pág.; Seix Barral)                                              (49; septiembre de 2012)

Mi habitual proveedora de novedades, es decir, Marisol (pues yo estoy más tentado por lo que hace años se editó que por las novedades o grandes éxitos) compró este libro hará cosa de un año, pero con la adquisición de los lectores digitales, se quedó a la espera de que lo pillara. Y ahora ha sido el momento.

Tenía ganas de leerlo porque confiaba en que sería un libro de tono jocoso. ¡Vaya intuición! No todas las obras que hablen de profesores pueden ser Wilt. Queda claro que no es para troncharse, sino que más bien tiene un tono de pesimismo tal por la situación de los profesores en esa institución, la del protagonista en general y las circunstancias que se describen, que uno está más cerca de la depresión (véase la portada) que de la euforia.

Pero, y aquí está lo bueno, se lee con gusto, rápido y tiene un buen final. En otras palabras: ¿qué más hay que pedirle a un libro, sino que te entretenga el par de horas que tardas en leerlo? Yo, para otros “entretenimientos” ya tengo la vida real: la mía, en un pequeño porcentaje, y la de mis congéneres.




“Llevo tres semanas sin salir de casa por miedo a perderme la llamada.”

eBook: no.



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