jueves, 6 de diciembre de 2012

Frank Herbert: Dune (**/***)


(701 pág.; El País)                                          (48; septiembre de 2012)

Llevo retraso escribiendo estas líneas para mi memoria, pero aún tengo presente que este libro, que cogí con miedo por diversas razones (longitud, tema, éxito), acabó gustándome lo suficiente como para, en un futuro, leer más de este autor.

Cuando el libro es de ciencia ficción siempre digo que no es uno de mis temas favoritos, pero gracias a la biblioteca de Marisol (y aunque este no terminara de gustarle) voy a tener que dejar de decirlo, pues si bien leo uno de cada veinte, hasta ahora son más los que me han gustado (mucho) que los que no.

Ahora toca hablar algo de este inmenso universo creado por Herbert: en Dune, otro nombre del planeta Arrakis, se enfrentan diversas razas de seres por su conquista, pero esto no sería nada “del otro mundo” si este planeta no fuera tan especial: no hay ni gota de agua. Y el libro no sería tan interesante sin la fértil imaginación del autor a ese respecto: el agua se recoge de todas partes donde se produzca algo parecido. Por ejemplo: el rocío, los humores humanos, ¡hasta de los cadáveres se extrae su agua para repartirla a la comunidad!

Además de esa singularidad, la novela recoge diversas formas de sociedad. Una de ellas notablemente basada en la musulmana y en hechos acaecidos (o, dado mi desconocimiento, aventurados y producidos a posteriori) en nuestra realidad. Quiero terminar resaltando un párrafo que me parece muy elocuente:

“Religión y ley deben ser una única cosa para las masas –dijo su padre-. Un acto de desobediencia debe constituir un pecado sancionado por castigos religiosos. Esto tendrá el doble beneficio de obtener una mayor obediencia y una mayor valentía. No debemos depender del valor individual, piénsalo bien, sino de la valentía de todo un pueblo.”




“En la semana que precedió a la partida hacia Arrakis, cuando el frenesí de los últimos preparativos había alcanzado un nivel casi insoportable, una vieja mujer acudió a visitar a la madre del muchacho, Paul.”


eBook: comprado en Amazon y con algún extra más que en el libro.



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