(701 pág.;
El País) (48;
septiembre de 2012)
Llevo
retraso escribiendo estas líneas para mi memoria, pero aún tengo presente que
este libro, que cogí con miedo por diversas razones (longitud, tema, éxito),
acabó gustándome lo suficiente como para, en un futuro, leer más de este autor.
Cuando el libro
es de ciencia ficción siempre digo que no es uno de mis temas favoritos, pero
gracias a la biblioteca de Marisol (y aunque este no terminara de gustarle) voy
a tener que dejar de decirlo, pues si bien leo uno de cada veinte, hasta ahora
son más los que me han gustado (mucho) que los que no.
Ahora toca
hablar algo de este inmenso universo creado por Herbert: en Dune, otro nombre
del planeta Arrakis, se enfrentan diversas razas de seres por su conquista,
pero esto no sería nada “del otro mundo” si este planeta no fuera tan especial:
no hay ni gota de agua. Y el libro no sería tan interesante sin la fértil
imaginación del autor a ese respecto: el agua se recoge de todas partes donde
se produzca algo parecido. Por ejemplo: el rocío, los humores humanos, ¡hasta
de los cadáveres se extrae su agua para repartirla a la comunidad!
Además de
esa singularidad, la novela recoge diversas formas de sociedad. Una de ellas
notablemente basada en la musulmana y en hechos acaecidos (o, dado mi
desconocimiento, aventurados y producidos a posteriori) en nuestra realidad.
Quiero terminar resaltando un párrafo que me parece muy elocuente:
“Religión y ley deben ser una única
cosa para las masas –dijo su padre-. Un acto de desobediencia debe constituir
un pecado sancionado por castigos religiosos. Esto tendrá el doble beneficio de
obtener una mayor obediencia y una mayor valentía. No debemos depender del
valor individual, piénsalo bien, sino de la valentía de todo un pueblo.”
“En la semana que precedió a la partida hacia Arrakis, cuando
el frenesí de los últimos preparativos había alcanzado un nivel casi
insoportable, una vieja mujer acudió a visitar a la madre del muchacho, Paul.”
eBook: comprado en Amazon y con algún extra más que en el
libro.
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