(197 pág.; Minotauro) (60; septiembre de 2023)
Este es el libro que hemos leído
este mes en el CLC, el número treinta y ocho. Culpables: Joel por elegirlo y
Marisol por habérselo regalado, pero ha estado bien, solo era una forma de hablar.
Las primeras páginas, en las que se
presenta la nave y los tripulantes, me han parecido muy buenas por la forma de captar
la atención del lector. Toda la novela relata lo inexplicable: que una nave,
idéntica a la que se ha presentado, haya desaparecido junto con los hombres que
iban en ella. Cuanto más se lee más difícil parece. Ya cerca del final hay un
capítulo en el que el narrador se plantea si la humanidad tiene derecho a
intervenir activamente en cualquier sociedad. En la novela es ciencia ficción
(un planeta inexistente con unos organismos del mismo tenor)… pero en la tierra,
en el pasado, no eran seres de ciencia ficción, sino nuestros congéneres.
En el último capítulo, que a mí me
sobra, se pasa de hablar de la nave El Invencible a calificar al protagonista
como “el invencible”: capítulo totalmente de aventuras que se sale de lo narrado
hasta el momento.
“El Invencible,
crucero de segunda clase –la mayor de las naves con que contaba la base de la
constelación de Lira–, surcaba el cuadrante más exterior de esa región del
universo”.
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