(295 pág.; Alfaguara) (55; agosto de 2023)
Este es el primer libro que me aconsejó,
hace varios meses, Jesica Paola (JP, para acortar) y lo compré en papel, pero
lo he leído en digital (obtenido gratis).
Cuando lo comencé pensé que no me
gustaría, pues es del estilo del embalse que he leído este mismo mes
pero, gracias a mi capacidad de encajar páginas (como los boxeadores encajan
golpes), no llevaba ni la cuarta parte cuando me di cuenta de que tenía un buen
libro en las manos, como así ha terminado siendo: muy bueno.
Sus casi trescientas páginas apenas
escritas, pues muchas están por la mitad, nos van describiendo, en capítulos
cortísimos de una o dos páginas, la vida del narrador, que se dedica,
principalmente, a crear un jardín para su disfrute. Ello le lleva a rememorar a
su abuela que también cultivaba flores y, por ende, a interesarse por la
codificación de Linneo y los viajes de Von Humbolt. Estas dos historias son capítulos
alternos a su historia, pero también aparece la biografía de una familia que
empieza dos generaciones más atrás.
Además, hay algunos capítulos
dedicados a las dictaduras de Chile (país de origen del narrador) y de
Argentina (donde va a vivir). Y así, capítulo a capítulo, nos va entreteniendo y
deleitando con su prosa. Ha sido una buena recomendación a la que yo me adhiero.
“Al final del
camino de piedras, justo antes del precipicio, el jardín desborda como una ola
inesperada”.
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