(346 pág.; Acantilado) (23; marzo de 2023)
Segunda
parte del segundo libro de estas entrevistas: en la estupenda tónica de las
anteriores.
Claude Simon: Manifiesta su
devoción por Dostoievski, Conrad, Joyce, Proust y Faulkner, cuyo uso vibrante y
evocador del lenguaje es una de sus fuentes de inspiración.
Don DeLillo: “Palabras en un papel,
eso es todo lo que necesita [un escritor joven] para distanciarse de las
fuerzas que lo rodean, las calles, la gente, las presiones y los sentimientos”.
Toni Morrison: “Es difícil
describir el sexo porque nunca resulta suficientemente sexy. La única forma de
escribir sobre el tema es no escribir demasiado, dejar que el lector proyecte
su propia sexualidad”.
Ives Bonnefoy: “Poeta es una
palabra que solo se puede usar cuando hablas de otro a quien admiras. Cuando
alguien me pregunta a qué me dedico, contesto que soy crítico o historiador”.
Czeslaw Milosz: “El poeta es como
un ratón metido en un queso enorme y emocionado por todo el queso que podrá
comer”.
Primo Levi: “Se siguen discutiendo
los mismos problemas que discutía Platón. No se termina de llegar a un acuerdo
acerca de qué significa ser, existir, de si el alma es inmortal o no. Y con las
ciencias naturales pasa lo contrario: cualquier idea se puede demostrar o refutar”.
Ted Hughes: “Me pregunto si la
mayoría de escritores no tienen la impresión de que cada vez que se proponen
dar un nuevo paso los refrena inconscientemente la reacción que imaginan en los
lectores o incluso, conscientemente, la que anticipan en sus colegas”.
Patrick O’Brien: “Los
diálogos se me siguen ocurriendo, por lo general, sobre las tres de la mañana,
pero ya no trato de anotarlos”.
P.D. James: “Soy
feminista en el sentido de que quiero un trato más justo para las mujeres,
igualdad de oportunidades, igualdad salarial, una sociedad más justa. Pero me
da la sensación de que algunas feministas radicales de hoy en día están en
contra de los hombres y no les gusta ser mujeres”.
George Steiner: “En
aquella época, muy pocos sabían lo que había pasado en Auschwitz. Sí, había
algunos cabrones que lo sabían, había unos cuantos hijos de puta que lo sabían
y no se lo creían, pero eran muy pocos. El secretismo de los nazis tuvo una
eficacia increíble”.
Susan Sontag: “Tenía
el título. No soy capaz de escribir un libro si no sé cual es el título. Tenía
la dedicatoria. Tenía la cita de Cosí fan tutte. Y, por supuesto, tenía
la trama a grandes rasgos, así como la longitud aproximada del libro”.