(112 pág.; Acantilado) (67; septiembre de 2022)
Ya he leído diez libros más y cae otro de Zweig. Me
interesa particularmente esta biografía porque en La Cultureta han
hablado muy bien de este humanista y guiado por la pluma de este autor estoy
seguro de que aún gana más. Esta fue la última.
Montaigne fue educado de una forma que hoy sería ilegal:
no se le habló en francés hasta que el latín no fuera su lengua materna y
dominara el griego: tardó ocho años. Luego fue al colegio e hizo en siete años
los doce establecidos. A los treinta y ocho años se encerró en la torre de su
castillo durante los siguientes diez. Decidió volver a la vida cuando aún le
quedaban veinte años. Sus Ensayos fueron los primeros de la historia.
El párrafo anterior, que es un mal resumen de la vida de
Montaigne, en palabras de Zweig es una gratísima lectura.
“Hay
escritores, pocos, que son accesibles a cualquier persona de cualquier edad y
en cualquier época de la vida —Homero, Shakespeare, Goethe, Balzac, Tolstoi—, y
hay otros que sólo despliegan todo su significado en un momento determinado.”
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