(leídas 122 de 864 pág.; Lumen)(72; octubre de 2022) (Premio Nobel 2007)
El libro está concebido en cinco partes que, a su vez, se
subdividen en dos: la descripción de un cuaderno de los que va escribiendo una
de las protagonistas de la historia y una parte llamada Mujeres libres,
que viene a ser, más bien, la parte más novela. Leí la primera de las mujeres,
un poco del cuaderno azul y el principio de las mujeres 2.
Si nunca has pertenecido al Partido Comunista no es fácil
entender la filosofía intrínseca por la que discuten los personajes de
cualquiera de sus partes, por lo que a mí, que me cuesta seguir ese tipo de
razonamientos, se me hace bastante inentendible e intragable.
Por otro lado, las miradas son: incisiva, escudriñadora,
con curiosidad, de reproche, imperturbable, elocuente, hostil, abierta
hostilidad, con un esfuerzo, con semidesprecio, con dureza, sacando chispas, de
verdad, seria y oscura, de culpa y arrepentimiento. Estas miradas están
entresacadas de las sesenta y cuatro veces que se usa el verbo mirar en Mujeres
libres 1 (sesenta y siete páginas). Yo no tengo capacidad de mirar ni de
imaginar tanta variedad de maneras de hacerlo.
“Las dos mujeres estaban
solas en el piso londinense.”
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