(296
pág.; Orbis) (44;
agosto de 2019)
Tengo a Delibes como un gran
escritor, pero yo creo que no he enganchado un libro lo suficientemente bueno
como para disfrutarlo como lo imagino. Este me lo encontré y me alegré ya que
no he visto la obra de teatro y, en este momento, aunque no me llama la
atención, me gustaría verla para saber cómo han tratado esta historia.
La protagonista pasa cinco horas con
Mario, su difunto marido, hablando sobre su vida en común; sus deseos, anhelos,
querencias y conquistas; qué piensa ella de la gente, de lo que piensan, de lo
que hacen y, sobre todo, lo que Mario pensaba, hacía y dejaba de hacer. Cinco
horas sin parar de hablar, con todos los dejes de una mujer de mediana edad en
los años sesenta en España (con lo que ello conlleva), pero que aprovecha que
nadie le llevará la contraria y se despacha a gusto.
¿Por qué no me ha convencido? Porque
se repite hasta la saciedad, porque esa cháchara es inaguantable y, aunque ello
pueda ser el objetivo del autor, es decir, mostrar una mujer anónima de las que
los de mi edad han conocido alguna, el libro cuesta de digerir. Por eso quizá
vaya a ver la obra de teatro y comprobar si la han expurgado lo suficiente,
pues no creo que dure cinco horas, y la mujer ya no sea como la que aparece en
el libro. Mi recomendación es que se empiece a leer y ver hasta donde se llega
en este recorrido por la España de los años sesenta.
“Después de
cerrar la puerta, tras la última visita, Carmen recuesta levemente la nuca en
la pared hasta notar el contacto frío de su superficie y parpadea varias veces
como deslumbrada.”
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