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julio de 2019)
Anna me regala este curso
el día de Sant Jordi y lo acepto con gusto pues ya había leído buenas
referencias de él, así que mientras por las noches estoy con Küng durante el
día recibo clases del maestro Nabokov. ¡Y qué clases!
Nabokov habla de la literatura rusa del siglo XIX, pues
en el XX sostiene que no hay literatura desde el momento que gana la revolución
y los escritores son impelidos a escribir sobre lo que interesa destacar a los
soviets (véase el párrafo después de la portada). Entre los escritores a los
que dedica sus páginas están Gógol, Turgueniev, Gorki, Dostoievski, Chéjov y,
sobre todo Tolstói con Ana Karenina.
Esta obra es comentada, explicada y diseccionada ocupando buena parte del
libro, lo que es un deleite si, sobre todo, es tu obra preferida de Tolstói.
De los otros autores explica algo de su vida y, con
cierta profundidad, un par o tres de sus obras, destacando Gógol y Chéjov.
Considera autores menores de los nombrados a Gorki y Turgueniev y también,
sorprendentemente para mí, a Dostoievski, y ofrece sus razones. En cualquier
caso, es una lectura muy interesante y que, para obtener lo máximo de ella, se
debería ir leyendo las obras que menciona de las que resalta lo bueno, o no tan
bueno, que tienen.
Dos apuntes
marginales: no habla de poetas porque considera que se deberían leer en ruso y opina
que la mejor literatura rusa del siglo XX ha sido escrita por exiliados.
“Es difícil abstenerse de ese respiro que es la ironía, de
ese lujo que es el desprecio, cuando se pasa la vista por la ruina a que unas
manos sumisas, tentáculos obedientes guiados por el abotargado pulpo del
Estado, han conseguido reducir cosa tan fiera, tan caprichosa y libre como es
la literatura.”