domingo, 27 de agosto de 2017

Edmond Rostand: Cyrano de Bergerac (***)

(236 pág.; Austral)                             (39; julio de 2017; en Huesca)
He visto la obra de teatro (Flotats), tres de las películas que se han hecho (Ferrer, Martin y Depardieu) y ya había leído el libro, pero como no lo tenía se lo pedí a Anna por mi cumpleaños, y así lo he vuelto a disfrutar.
Será raro que alguien no haya oído hablar de Cyrano, el de la gran nariz, pero a lo mejor también será raro que sepa que este narizotas no fue un personaje de ficción sino que fue un escritor y considerado precursor de la ciencia ficción (Historia cómica de los Estados e imperios de la Luna) de la que Rostand extrajo las ideas de cómo llegar de la Tierra a la Luna que aparecen en su obra de teatro.
Cyrano (el personaje) es un espadachín pendenciero, poeta y soñador que está enamorado de su prima Roxana, pero a la que no se atreve a declarar sus sentimientos debido a la fealdad de su rostro. Roxana está enamorada de Cristian, cadete que va a parar a la compañía de Cyrano, por lo que ella le pide a su primo que cuide de él. Este, enamorado a su vez de ella, le pide a Cyrano que le escriba una carta para ella. El éxito de la carta hará que Cyrano hable a su prima por la boca de Cristian sin que la nariz sea un impedimento visual.




“Portero. (Persiguiéndole.)
            Alto ahí.”


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