(623 + 541 pág.; El País) (35;
julio de 2017)
El primer día de vacaciones consigo acabar con este
doblete y con la seguridad de que el último libro que tenemos de él en casa (Sarum, 1.200 páginas) no llegaré a
leerlo, porque antes que este quiero repetir más de noventa autores; y no me
sabe mal, pues este autor se ha dedicado a contarnos la historia de ciudades y
naciones a través de unos personajes de ficción y no es que esté mal la idea,
pero, en el fondo, leído uno leídos todos.
London, que fue
el anterior que leí, es posterior a este y, a mi parecer, la historia inventada
es más compleja y densa, lo que hace que estos dos libros de ahora sean más
ligeros y fáciles de leer, a pesar de que nos cuentan la historia de una nación
tan grande como un continente como es Rusia. En resumen, el primer libro lo leí
porque no sabía de qué iba y era el libro más largo que había leído; estos los
he leído porque me interesaba conocer más de Rusia, pero sabiendo lo que me iba
a encontrar, por lo que mi recomendación a un lector que desconozca a este
autor es que elija la ciudad/país que más le guste de todos los que ha dramatizado
su historia y que pase a tantos y tantos autores que crean literatura.
“Esa noche de verano, en la estepa reinaba la calma, y el
silencio también se había adueñado del bosque.”
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