sábado, 26 de agosto de 2017

Frank McCourt: Las cenizas de Angela (**/***)

(396 pág.; Maeva)                              (38; julio de 2017; en Huesca)
Estaba leyendo el primer capítulo y lo único en que pensaba era si podría acabarlo o lo dejaba ahí mismo. Pasado ese capítulo y ya conociendo el tono del libro este mejora a mis ojos. No obstante, y a pesar de que considero que es una buena historia, no se lo aconsejo a las almas sensibles: no hay dónde agarrarse.
Hay muchas familias pobres, dentro de este grupo hay muchas con hijos que, a su vez, han podido perder al padre o tener a un padre que no puede trabajar y, además puede que la madre no sepa cómo sacar a su familia adelante. Incluso, esas familias pueden estar en un entorno pobre que tampoco permite superar los contratiempos. A ese tipo de familia pertenecía el autor de esta historia. No deja de ser notable que llegara a profesor y que, casi septuagenario, ganara el Premio Pulitzer con esta, su primera, novela.




“Mi padre y mi madre debieron haberse quedado en Nueva York, donde se conocieron, donde se casaron y donde nací yo.”


No hay comentarios:

Publicar un comentario