domingo, 14 de mayo de 2017

Anton Chéjov: Relatos y cuentos (***)

(973 pág.; -)                                       (24; mayo de 2017)
Ya han pasado siete años desde que leí el primer, y único hasta ahora, libro de Chéjov. Se titulaba Nueve cuentos sin final feliz, aunque yo creía recordar que el título no tenía la última palabra, es decir, Nueve cuentos sin final, pues así son los cuentos de Chéjov mayoritariamente: tristes y con finales abruptos, inesperados o que no tienen que ver con la historia que se estaba contando. Pero buenos y muy buenos.
Este libro no existe como tal, sino que es la versión digitalizada de varios de ellos, en total noventa y cuatro cuentos y relatos. Entre ellos voy a resaltar los que más me han gustado: Un drama, En la oscuridad, Gente sobrante, Historia de mi vida, Un hombre irascible, Las islas voladoras, Una noche de espanto y El pabellón Nº 6.
En todos ellos denota Chéjov su conocimiento de las personas, de sus maneras de ser; del espíritu ruso desesperanzado, bebedor habitual, sin cultura, que es aprovechado por el poderoso; es decir, como también lo transmitió Tólstoi y, al igual que él, sugiere la educación como manera de avanzar. Fue un adelantado a su tiempo y un hombre generoso, a pesar de las muchas carencias que adolecía su numerosa familia.




“En el patio del hospital hay un pequeño pabellón circundado por cardos, ortigas y cáñamo silvestre.”
El pabellón nº 6


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