sábado, 22 de abril de 2017

Patrick Rothfuss: El nombre del viento (***)

(877 pág.; Plaza & Janés)                              (17; abril de 2017)
Cada cincuenta libros le pido a Anna que me aconseje uno de un autor que yo no haya leído. Cuando estaba cerca de los quinientos Anna me dijo que ya lo tenía y al llegar a esa cifra me suelta este libro. Me asusté: novecientas páginas y de fantasía. Pero ella lee algunos de los que le aconsejo y yo hago lo propio. Y hasta ahora me ha ido muy bien.
Es un libro muy bueno. No voy a negar que se encuentra dentro de la temática de fantasía, pero en absoluto puede considerarse al ciento por ciento. Es más, salvo un par de capítulos en los que aparece un animal fantástico, el resto puede ser leído como una historia intemporal que mezcla conocimientos medievales con otros posteriores, pero suficientemente bien contados como para que su lectura sea agradable y amena, aunque no te gusten los libros de este tenor.
Y ahora un brevísimo resumen de las primeras líneas: en una posada de mala muerte una noche hay más de un cliente habitual y uno de ellos descubre que el posadero no es quien dice ser, sino que tiene un pasado que anda en boca de todos y él quiere escribir su verdadera historia. Convencido el posadero, empieza a explicar su vida desde que era un niño que andaba con la troupe de su padre de pueblo en pueblo representado comedias.




“Volvía a ser de noche.”


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