(284 pág.; Seix Barral) (29;
mayo de 2016)
Seis años después segundo libro de esta autora y, a mi
gusto y parecer, mejor que el anterior. En la contraportada es comparado a Un mundo feliz, libro que también leí
hace seis años y del que guardo un buen recuerdo, pero no la historia que
cuenta, pero, en cualquier caso, yo diría que se debe diferenciar del de Huxley
en que este es un libro en el que la protagonista es la mujer, aunque yo no lo
tacharía de feminista, a lo sumo, de reivindicativo… y no le faltan razones.
Debido a una crisis política y social, sobre la que algo
se explica a lo largo del libro, Estados Unidos se convierte en una dictadura
pero, sobre todo, en un arrinconamiento de la mujer en todos sus ámbitos: sin
nombre; sin derechos; sin bienes, que pasan al familiar masculino más próximo;
convertidas en criadas; o peor (aunque para ellas es mejor) en criadas sexuales
para conseguir un hijo y que lleve los apellidos de algún matrimonio capitoste
sin facultades para procrear. Atwood recrea en esta historia todo un sistema
para aprisionar a la población en general y, en particular, a todas las mujeres…
pero nada es perfecto, pues aunque en la teoría pueda serlo, en la práctica es
dirigido por personas, en este caso por hombres, y podemos ser muchas cosas,
pero perfectos no.
Un libro muy interesante, con una historia muy bien
contada de la que deseas saber cada vez más, tanto del pasado que les ha
llevado a esa situación, como del futuro que les espera. Ya no tenemos más
libros en casa de esta autora, pero de aquí a unos cuantos años, si no le dan
el Nobel antes, tendremos alguno más.
“Dormíamos en lo que, en otros tiempos, había sido el
gimnasio.”
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