domingo, 13 de octubre de 2013

J.D. Salinger: El guardián entre el centeno (***)

(228 pág.; Alianza)                                        (60; octubre 2013)
Recuerdo que algún tiempo antes de morir Salinger le fue tomada una foto saliendo de un establecimiento: se ve la cara de un hombre ya mayor con un visaje rabioso y la mano adelantada intentando atrapar la cámara que lo atrapaba a su vez. No sé si la novela es autobiográfica, pero mientras la leía recordaba la única foto que conocía de él.
Un joven de buena familia, que está a punto de cumplir los dieciséis años, es expulsado de su cuarto colegio poco antes de las fiestas navideñas. Como su familia no lo espera hasta dentro de tres o cuatro días más tarde, decide pasarlos en un hotel de Nueva York en compañía de alguno de sus conocidos.
La novela está escrita en primera persona y no hay suceso, conversación o personaje que aparezca en ella que no se lleve un comentario mordaz, despectivo o, cuando menos, crítico; pero razonado desde el punto de vista de un adolescente de dieciséis años ya desencantado de su, o la, vida. Lo que ocasiona alguna sonrisa en el lector, porque ¿cuántas veces no hemos pensado alguna cosa que la edad nos ha aconsejado no expresarla en voz alta, pero que era de ese tenor?
A mí me parecía divertida, pero a Marisol no le había gustado por lo triste que es. Pero es que lo que le va sucediendo al muchacho, que acaba de salir del cascarón, pero el dinero que tiene le permite asomarse a la vida adulta, muestra a una persona sola que busca compañía y que lo que más desea es estar con su hermana menor a la que no deja de ponderarle su gracia e inteligencia.
En resumen, una excelente novela que se lee con ganas de no dejarla hasta llegar al final de la misma y lamentando que se acabe tan pronto. Para muestra, el botón inicial que figura abajo.




“Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso.”

eBook: perfecto.                                            Calibre 1.0.0


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