sábado, 25 de febrero de 2012

José Saramago: Ensayo sobre la ceguera (**/***)


(421 pág.; Alfaguara)         (2; enero de 2012)            (Premio Nobel 1998)

Saramago nos plantea una fábula en la que las personas van perdiendo la vista de forma inexplicable y tienen que valerse por sí solas, pues al ser de forma colectiva nadie puede ayudar a otro. Y en ese momento afloran los verdaderos sentimientos de cada uno: hay personas altruistas que se ayudan entre sí, y otras que ven la manera de obtener beneficios de las necesidades de los demás.

La narración no utiliza el sistema habitual de una línea para cada interlocutor en los diálogos, sino que mediante comas e iniciando la frase con letra mayúscula va dando paso a los comentarios de cada personaje y, a veces, se intercalan entre ellos explicaciones, con lo que, al principio, se hace un poco extraño, pero esta forma narrativa consigue una mayor fluidez en el desarrollo de la historia.

Esta novela es menos ácida que Memorial del convento (43; octubre de 2010), pero no por ello dejan de haber comentarios propios de su estilo dejados aquí y allí, como por azar. Por ejemplo, y no cito literalmente, un personaje ciego hace un comentario del tipo “dios también debe estar ciego, pues sino esto no habría sucedido”. Claro que esto no puede aplicarse a la vida real.




“Se iluminó el disco amarillo.”

eBook: sí.


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