(582 pág.;
Muchnik Editores) (1;
enero de 2012)
Le pregunté
a Marisol qué tal estaba este libro antes de empezar a leerlo y me dijo que
cuando lo leyó (más de quince años atrás) le gustó, pero que era de mujeres. Me sorprendió que así lo
calificara, porque era la primera vez que lo oía, pero empecé a leerlo. A las
pocas páginas tuve esa sensación: era un libro para mujeres. Con el ánimo de no
ser clasista pensé si podría calificar algún libro de los que he leído de libro para hombres, y creo que no sólo
he leído libros para hombres, sino que pensándolo bien, hay autores y temas que
son más leídos por un sexo que por el otro. Como no quiero aburrir más de lo
necesario, sólo mencionaré un libro que cuando lo leí en mi adolescencia me
gustó y considero que sus lectores deben ser mayoritariamente hombres: Doce del
patíbulo de E. M. Nathanson. Quedo abierto a reconsiderar mi postura.
Yendo a la
letra pequeña, es decir, la del libro, es una historia interesante que habla de
la vida de una princesa turca que por la historia de su país y la del mundo en
los inicios del pasado siglo se ve abocada a ser ciudadana de ningún sitio: desterrada
de Turquía vive en Líbano, se casa con un Indio y se va al norte de la India y
termina sus días en París como ciudadana británica.
Quizá le
sobra un centenar de páginas (¿las de los detalles de mujeres que ellas pueden
apreciar y los hombres no?), pero la historia de la época es importante: el
nacimiento de la República de Turquía que ocasiona la desaparición de los
sultanes; la vida en Líbano con sus problemas religiosos y la situación de India
poco antes de su independencia y la creación de Pakistán.
“–¡El tío Hamid ha muerto!”
eBook: sí.
eBook: sí.
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