viernes, 15 de abril de 2011

William Shakespeare: Sonetos de amor (**/***)

            (355 pág.; 9’50 €; Anagrama; edición bilingüe)           (22, mayo de 2010)
            Aunque tengo claro que no soy muy receptivo a la poesía, quiero, de vez en cuando, leer algún libro de un autor que tenga suficiente nombre. No hay que añadir más acerca de porqué elegí este libro.
            No obstante, esperaba otra cosa. Es decir, he leído alguna obra de teatro de Shakespeare y las he visto en teatro y en cine, y siempre me han gustado mucho. Me deja perplejo como describe las pasiones humanas y va haciendo avanzar la historia ¡en verso! Pero en esta ocasión, aunque hay mucho verso, no hay historia y eso es lo que a mí no llega a hacerme vibrar como el teatro en verso.
            Si lo he terminado (lo hubiera dejado en la sesuda introducción del traductor, que supongo que ha realizado un trabajo encomiable, o bien cuando llevaba diez o veinte sonetos) ha sido porque me ha maravillado la capacidad de poder ligar al amor con cualquier concepto u objeto. Por poner algunos ejemplos escogidos abriendo el libro por cualquier página: relaciona el amor con los elementos climatológicos; en varias ocasiones con la economía y la contabilidad; con los trastes de un instrumento de cuerda; y, obviamente, con la belleza, las musas, la muerte, los celos, etc., etc.
            A pesar de todo, creo que hay que leer algún soneto de este libro y no dejarlo mientras se esté disfrutando de él. Sin duda, siempre habrá una ocasión para volver a abrirlo más adelante.




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