(685 pág.; Lorenzana) (2; enero de 2024)
Este es el cuarto libro que leo de
Hugo y ya empiezo a acostumbrarme a su particular estilo: puede contar una
historia que pasa en Inglaterra (esta, en concreto) y, de paso, explicarnos
todo aquello que a él le puede interesar o, cree, que le interesa al lector;
como por ejemplo, listas interminables de lores, títulos, posesiones, y alguna
más que me dejo. Pero, en cualquier caso, la historia siempre es muy buena, por
lo que vale la pena el aderezo.
En esta novela cuenta la historia de
un hombre al que de niño le deformaron la cara, por lo que siempre ríe y, tal
como he avanzado en el párrafo anterior, esto le permite (a Hugo, no sé si a
muchos más autores) comparar los sistemas francés e inglés de la situación política
o de la nobleza; incluso, de reírse de la dificultad del inglés para saber
pronunciar una palabra la primera vez o porque va variando la manera de
hacerlo: “Era la época en que Chatam se pronunciaba Je t’aime”.
Indispensable lectura.
“Ursus y Homo
estaban ligados por vínculos de estrecha amistad; Ursus era un hombre y Homo un
lobo”.
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