domingo, 9 de julio de 2023

Herman Melville: Moby Dick (***)

(697 pág.; Penguin Clásicos)              (39; junio de 2023)

De joven creía que esta novela era de aventuras; más tarde me enteré de que era una de las grandes obras del siglo XIX, pero pesada. Como no la teníamos en casa comencé leyendo otras historias de Melville. Un día recomendaron esta ballena en La Cultureta y tomé nota. Este año me la regaló Joel para Reyes. No he tardado mucho en leerla… aunque sí en terminarla: setecientas páginas, pero entretenidas (si te gustan los grandes clásicos).

El paréntesis anterior es debido a que los grandes no solo te cuentan una historia, sino que te culturizan a niveles profesionales. No hace falta decir que no puedo salir a cazar ballenas, pero si se diera el caso, ahora ya soy bachiller en la materia, aunque con los medios de hace dos siglos (mejor que no se dé el caso).

La parte central de la novela, pongamos trescientas páginas, está destinada a ilustrar al lector sobre cómo se caza una ballena, qué peligros tiene, qué se hace con ella una vez cazada y, sobre todo, nos explica en varios capítulos la morfología de este animal. Ya he dicho que se sale bachiller.

¿Y de la ballena blanca, qué? Ah, sí. A lo largo de la novela se la menciona y termina apareciendo en los capítulos finales, pero es que ella es la excusa. El protagonista es el capitán Ahab y el narrador, que nos lleva por donde quiere; pero el que lo disfruta, sin lugar a dudas, es el lector. Impagable.





“Pueden ustedes llamarme Ismael”.



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