(399
pág.; El País) (40;
julio de 2019; leído en Tenerife)
Otro libro histórico relatado a través de una carta,
aunque en esta ocasión es mucho más una historia explicada que una misiva. Fue
su primera novela y, a pesar de que el personaje existió, más bien parece una
novela de aventuras por todo lo que llega a sucederle, pero la historia está
muy bien ambientada y recreada sociológicamente.
En formato
misiva, que yo haya leído y recuerde, están Yo,
Claudio de Robert Graves (1934); Memorias
de Adriano de Marguerite Yourcenar (1951); El médico de Córdoba de Herbert Le Porrier (1974). La que comento
hoy es de 1986 y, a mi parecer, es la más floja de las cuatro, sin que ello le
reste interés porque narra la situación del reino de Granada en el siglo XVI,
diferente de las tres historias anteriores aunque muy similar en cuanto al
éxodo obligado a la de Córdoba en el XII. El resumen de la historia está
comprendido en las cuatro líneas que aparecen después de la portada.
“A mí, Hasan, hijo de Mohamed el alamín, a mí, Juan León de
Médicis, circuncidado por la mano de un barbero y bautizado por la mano de un
papa, me llaman hoy el Africano, pero ni de África, ni de Europa, ni de Arabia
soy.”
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