(309
pág.; Aguilar) (13;
marzo de 2019)
Hace ya muchos meses que me encontré
tres libros de la editorial Aguilar: el que figura en la imagen, uno de Blasco
Ibáñez y el tercero de Cervantes. Este era el más pequeño de los tres y a
Blasco acababa de leerlo, además, quería leer uno de poesía, por lo que la
elección estaba cantada. Me supo mal dejarlos, pero no quiero coger más de uno
cuando encuentro varios en la calle y solo cojo aquellos que me interesa leer,
de otra forma tendré que alquilar un piso para la biblioteca.
El
libro tiene dos terceras partes de prosa y unas setecientas páginas de poesía,
así que esta parte la he dividido en dos. No conocía a este autor más que de
nombre, ni siquiera sabía que era mexicano, pero ahora me alegro mucho de la
elección que hice: es estupendo, soberbio. Todos los tipos de poesía que he
leído (juveniles, místicas, poemas, homenajes, etc.) me han gustado, me han
parecido muy elegantes, realmente lo he disfrutado mucho, a pesar de que leer
en papel, y de esta editorial, es más cansado: por el peso y el tamaño de
letra, pero no tardaré en volver a él y leer el resto de la poesía. Me he
decidido a transcribir el poema XXV de Varia, pero no ha sido fácil la
elección; sobre todo lo he hecho porque son siete líneas y, si me apuras, es
actual a pesar de ser centenario.
“Cantar, que sin fe de erratas,
les gustará a las
mujeres:
–Amor, que después de gratas
caricias, al alma hieres:
te llaman bueno, y maltratas;
te llaman la vida, y matas;
te llaman eterno, y mueres.”
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