sábado, 16 de mayo de 2015

Luis Landero: Juegos de la edad tardía (**)

(369 pág.; Tusquets)                                      (28; abril de 2015)
Me pasé la mitad de la novela deseando dejarla y si no lo hice, supongo que fue porque no creo que esté mal escrita, a pesar de que le sobran páginas y de que la idea central es irreal, muy irreal, en el día de hoy, o en el tiempo en el que llamar desde una cabina de teléfono costaba dinero y/o la incomodidad de llevar suelto o fichas especiales.
Un administrativo sin más esperanza que la de seguir siéndolo trata con un comercial de su empresa por teléfono. Este, que ya no tiene ninguna esperanza, cree que el administrativo tiene todas las virtudes del mundo y alguna más. El administrativo intenta negarlo, pero se deja engatusar y, como ayuda para su interlocutor, empieza a crear y creer un mundo irreal en el que él es alguien muy conocido e importante. Tanto es así, que hace todos los posibles para que esa apariencia se convierta en verdadera realidad. Y algo consigue.
La historia como un relato largo habría sido consistente, como una novela de casi cuatrocientas páginas no se sostiene.




“La mañana del 4 de octubre, Gregorio Olías se levantó más temprano de lo habitual.”

eBook: perfecto.                                                        epublibre


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