(18 + 169
pág; leídas 37; Alianza) (58;
octubre de 2012)
Con ganas de
descubrir a otro poeta reconocido y con el recuerdo de lo mucho que me gustó el
anterior (Gabriel Celaya; 38; agosto de 2012), empecé este libro, pero en menos
de cuarenta páginas preferí dejarlo, pues ni lo entendía, ni lo disfrutaba y no
tenía esperanzas de que cambiara ni lo uno ni lo otro.
Después de la
portada, uno de los poemas que leí. Lo acabo de releer y siento lo mismo: no
me dice nada.
“Duerme, muchacho
La rabia de la
muerte, los cuerpos torturados,
la revolución,
abanico en mano,
impotencia del
poderoso, hambre del sediento,
duda con manos de duda y pies de duda;
La tristeza,
agitando sus collares
para alegrar un poco
tantos viejos;
todo unido entre
tumbas como estrellas,
entre lujurias como lunas;
La muerte, la pasión
en los cabellos,
dormitan tan
minúsculas como un árbol,
dormitan tan
pequeñas o tan grandes
como un árbol crecido hasta llegar al suelo.
Hoy sin embargo también está cansado.”
eBook: no.
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