domingo, 20 de febrero de 2011

Leopoldo Alas, Clarín: La Regenta (***)

            (732 pág., letra muy pequeña; 7’- €; El País)              (6, febrero de 2010)
            Una de las mejores novelas decimonónicas. Vetusta. Esta vez no es adjetivo, es nombre propio. Es el nombre de la ciudad (Oviedo) donde transcurre la acción. Yo no quería leerla porque el título me sugería las desventuras que se vivían en una institución regida por dicha regenta. Nada más lejos de la realidad. Lo que demuestra que no se deben sacar conclusiones a la ligera y que los clásicos hay que leerlos. Por algo han llegado hasta nuestros días.
            La Regenta es una joven casada con un ex-regente (magistrado) que le dobla la edad y que se debate durante toda la obra entre abrazar a Cristo o al hombre más “macizo” de Vetusta. Para alimentar lo primero y desaconsejar lo segundo está la figura del Magistral, cura avaricioso y dominante. Y como fondo a la historia toda una galería de personajes en los que se ridiculiza a la sociedad española finisecular, dominada por las costumbres inveteradas y la Iglesia.
            No había leído un libro que fuera tan descriptivo como éste, puede estar describiendo un paisaje, una estancia o una situación durante líneas y líneas. Hasta los diálogos son descritos, pues en muy pocos hablan los propios personajes. Quizá en algún momento la novela pueda cansar, por tanta duda en el personaje de la Regenta, pero las cien últimas páginas se leen de un tirón.
            En el inicio un homenaje al Quijote y la primera pulla de la novela: “La heroica ciudad dormía la siesta. … Vetusta, la muy noble y leal ciudad, corte en lejano siglo, hacía la digestión del cocido y de la olla podrida, …”



eBook: sí.                                www.epubgratis.me



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