(651 pág.; Salamandra) (5; enero de 2023)
A Marisol le gusta la novela de intriga, así que
aproveché el Día del Libro de hace dos años para regalarle este. Pero no acabó
de convencerle, y algo de razón no le falta, sobre todo al lector no japonés.
Hace catorce años que fue encontrado el cuerpo de una
niña de siete años que había sido raptada y por la que pagaron veinte millones
de yenes. Está a un año de prescribir el delito y en la comisaría de la región
hay movimientos para que ello no ocurra.
La novela me ha recordado Me llamo Rojo, pues más
de seiscientas páginas leyendo sobre la organización del cuerpo de detectives
de Tokio, para alguien que ni siquiera distingue un nombre japonés de otro, no
es fácil de pasar. Pero si lo consigues llegas a un final que no desmerece el
esfuerzo realizado. A mí me ha gustado.
“Los copos de nieve danzaban en la penumbra del anochecer”.
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