(leídas 22 de 531 pág., pero vistas todas las fotos; Círculo Rojo) (90; diciembre de 2022)
Lorenzo me
regaló este libro en 2021 y, si no lo he leído hasta casi finalizar 2022, ha
sido porque está en papel. Lo cojo con ganas, y a medida que voy advirtiendo
faltas ortográficas y gramaticales de calibre grueso, se me van pasando; y yo
no consigo pasar de la página veintidós. Es una pena que nadie lo haya leído antes de que fuera publicado.
Las
primeras fotos me llevaron a los años sesenta y, desde allí y a través de
tantas y tantas personas que he llegado a conocer, volví a, casi, este
presente. Es por esas personas, que conocí porque trabajaron con mi madre, que
tenía ganas de leerlo. Me traen recuerdos de mi pre adolescencia en Perú y de
los años posteriores cuando, en las vacaciones, iba a ver a mi madre trabajar
y, lo que más me gustaba, verle ensayar las obras programadas a continuación.
Le agradezco a Nieves, que me fue presentada en una ocasión, haya realizado tamaño
esfuerzo.
“Comienzo a escribir la historia de Enrique del Portal
(y la mía) a los seis meses de su fallecimiento”.
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