(128 pág.; Tusquets) (86; diciembre de 2022)
Rosa M. me aconsejó este libro cuando comenté que el
libro de Taylor me había sobrecogido como pocos lo habían hecho. La lectura de
este ha sido como la de tantos otros: está muy bien escrito, relata un tema que
puede llegar al corazón, pero no he sentido lo del anterior. Creo que la razón
es que la forma narrativa escogida por la autora del primero, la
correspondencia, y la rapidez con que suceden los hechos y estos mismos, son
los que me impactaron.
En este libro hay dos relatos que cuentan la misma historia:
en los años anteriores al nacismo un adolescente alemán, descendiente de
nobles, entra en la escuela en la que hay un judío. Los dos son tímidos y no
tienen relación con sus compañeros y esto hace que entre ellos se cree una
buena amistad, a pesar de las diferencias de clase y, en ese momento, de raza.
En Reencuentro
es el judío quien narra la historia y en el segundo es una carta del alemán la
que nos vuelve a contar lo sucedido, pero desde el punto de vista, no solo de
opinión, del alemán. Esta fue la mejor obra de su autor, un abogado judío
alemán que se ganó la vida como pintor.
“Ingresó en mi vida en febrero
de 1932 y ya no ha salido de ella”.
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