(806 pág.; Amazon Media) (10; marzo de 2021)
Tengo la creencia de que cualquier autor clásico o
antiguo del que yo tengo conocimiento vale la pena ser leído, pues de lo
contrario me pregunto de cómo puede ser posible que yo conozca su existencia.
Marisol, que siempre va un paso, o una larga caminata, por delante mío, ya leyó
a esta autora y me la aconsejó y, como podía presuponerse de los primeros
renglones, la conocía de nombre y su lectura ha sido muy interesante, divertida
en la medida que me ha entretenido, e ilustrativa de la vida a mediados del XIX
en Inglaterra. Ya puede apreciarse por el primer párrafo del libro, aunque no
de la historia, la autora destila cultura, y los cuarenta y cinco minutos de
notas al pie de página lo atestiguan.
Middlemarch es una pequeña localidad donde todo el mundo
se conoce y la mitad están emparentados. Una media docena de familias serán las
protagonistas de la historia y, más concretamente, los adolescentes o recién
llegados a la edad adulta. Las preocupaciones de sus padres serán encontrarles
un buen partido, o hacer que sus hijos varones tengan una profesión, mayormente
hombres de iglesia, que les permita vivir dignamente. Las jóvenes reciben una
educación que las haga atractivas a los posibles maridos, pero a sabiendas de
que una vez casadas sus ocupaciones serán la casa, sus hijos y el padre de
estos. Aunque alguna que otra pueda tener alguna inquietud más allá de las
mencionadas, como podría ser la joven de la portada, que a pesar de ser muy
joven decidirá casarse con…, ¡casi se me escapa!
La historia desarrolla la vida de estos jóvenes poco
antes de casarse y después de la boda. No todo resulta como uno se lo espera,
ni siquiera a los más dotados profesionalmente y, como sustrato a la ficción,
las formas de vida y la situación política y social. La novela es larga, cómo
negarlo, pero lo que les va sucediendo a los protagonistas, más cierta intriga
en el último tercio de la narración, hacen que esta se vaya digiriendo con
gusto y las notas culturales añaden más placer, si cabe, a la lectura.
“¿Quién, que se interese por conocer la historia del hombre
y de cómo se comporta ese ser misterioso ante las diferentes probaturas del
Tiempo, no se ha detenido —al menos brevemente— en la vida de santa Teresa?”