sábado, 18 de julio de 2020

Natsume Soseki: Botchan (**)

(240 pág.; Impedimenta)                               (30; junio de 2020)

Dos libros de este autor me encuentro en la estantería virtual de Marisol, así que voy a internet a enterarme de quién es y averiguar porqué ella los tiene. Es un escritor, profesor de literatura, que tuvo mucho éxito en los pocos años que vivió, y entre sus obras más importantes está la que hoy comento. Dicen que la distancia es el olvido y no puede aplicarse a este libro, pues ha habido un traductor, un editor, una compradora y un lector, por lo menos. Pero sí que la distancia en el tiempo y en la cultura hacen que no sea lo mismo leer este libro ahora y aquí, que hace más de cien años y por un japonés. También me gustaría saber qué piensa un japonés de hoy en día de las historietas que va contando este “niño mimado”.

Las dos últimas palabras es el equivalente al título en japonés, protagonista de la novela y profesor de instituto destinado a una remota población, por lo que ya hay un choque cultural entre su manera de ver las cosas, como tokiota que es, y los habitantes de ese pueblo. Para él es la primera vez que dará clases, pero eso no le amilana; no obstante, el comportamiento de sus alumnos, de sus colegas y de la propia dirección del centro harán que no se sienta a gusto y que adopte las más extrañas posturas frente a lo que le va sucediendo.

Según la editorial, esta novela “es una de las más hilarantes y entretenidas novelas japonesas de todos lo tiempos”. A mí me ha parecido que estaba bien, que si sabes que intenta plasmar lo extraño que se encontró Soseki en Londres puede que le encuentres un porqué, pero el adjetivo hilarante es para cuando lloro de risa y no fue el caso. Yo diría, más bien, que el personaje es muy singular.





“Desde niño he tenido una impulsividad innata que me viene de familia y que no ha hecho más que crearme problemas.”




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