(181 pág.; Letra Celeste) (10;
febrero de 2017)
Tener la película medianamente presente y leer la
introducción es todo un placer, pues se puede comprobar que de una buena
novela, y cambiando lo que haga falta, se puede conseguir una película
estupenda. Así que no cuento nada de esa introducción, de un puñado de páginas,
para que el interesado lector me haga caso. Si quiere, claro.
¿He de explicar de qué va esta novela? ¿He de decir que
su autor es el de El planeta de los
simios y que sus finales son inesperados? Como la segunda pregunta ya
incluye las respuestas diré dos palabras sobre la primera: durante la Segunda
Guerra Mundial los japoneses quieren que los prisioneros ingleses construyan un
puente, pero también han de participar los oficiales, a lo que se opone el
coronel del regimiento. Este hombre es de una fortaleza mental indestructible,
por lo que el coronel japonés se las verá y deseará para hacerle cambiar de
opinión y…
“El abismo infranqueable que
algunas miradas adivinan entre el alma occidental y el alma oriental tal vez no
sea más que el efecto de un espejismo; tal vez se deba únicamente a la
representación convencional de un lugar común sin base sólida, a una apariencia
pérfidamente disfrazada de intuición penetrante, cuya veracidad primigenia
permita siquiera ser invocada para justificar su…”
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