Stephen King: El resplandor (*/**)

(leídas 334 de 651 pág.; El País)                   (23; abril de 2015)

No había leído nada de él y esa estantería no ofrecía ningún nuevo autor mucho más interesante en apariencia, así que me decidí por esta novela.

Comienzo a leer y me parece un poco floja, aunque no hay que descartar el hecho de que los últimos nueve libros me han parecido muy interesantes; aparecen los poderes del niño y gana algo el relato; pero aparecen las primeras nieves y me enfrío mucho, tanto que a mitad de la historia deja de interesarme, cansado de esos poderes y de que no avance lo suficiente para mi gusto.

Tengo demasiados libros para leer. Mala suerte, rey.

“Menudo empleaducho engreído, pensó Jack Torrance.”

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Donna Tartt: El secreto (**/***)

(776 pág.; eBook)                                          (22; abril de 2015)

Hace alrededor de un año que Marisol leyó el primer libro de esta autora y ya ha acabado con su producción. De aquí a once años, más o menos, podrá leer el cuarto. Me lo aconsejó y lo puse en la lista de espera, que es más larga que la de la Seguridad Social, pero a este paciente lo hemos salvado.

En el principio del libro ya se le dice al lector que entre ese grupo de estudiantes ha sucedido algo deleznable, pero tarda en suceder y luego todo son como secretos que tienen los estudiantes salvo que no los conoce el narrador de la historia, que es uno de ellos. A partir de aquí, más secretos, mas conversaciones de dos o tres, y la historia va avanzando muy bien no sabes hacia dónde.

En esta ocasión, en lugar de que el texto me llevara donde la autora había querido, quizá tuve conciencia de lo que pasaba en la historia y fui tomando parte en ella, y no acertando nada de lo que yo pensaba y, posiblemente, eso hizo de que no me pareciera tan brillante como le había pasado a Marisol, sin que ello sea óbice para decir que es una buena novela, pero que quizá le sobra algún centenar de páginas.

“No reconocimos la gravedad de nuestra situación hasta varias semanas después, cuando la nieve de las montañas ya se estaba fundiendo.”

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Isabel Allende: Retrato en sepia (**/***)

(363 pág.; El País)                                          (21; abril de 2015; en Huesca)

Cojo con ganas este libro, que es el segundo que tenemos de ella, porque el primero me gustó muchísimo, pero aunque es de estilo similar, y de una imaginación desbordante en los avatares de los personajes, no llega a la intensidad de La casa de los espíritus.

En esta novela una joven relata en primera persona sus vivencias y relaciones con su familia chilena a finales del siglo XIX y principios del XX. Ella acaba viviendo con su abuela en San Francisco y, como son las mujeres que retrata Allende, esta abuela tiene la fortaleza y las ideas suficientemente claras e innovadoras como para ponerse el mundo por montera.

Novela entretenida e interesante por las circunstancias vividas por los personajes.

“Vine al mundo un martes de otoño de 1880, bajo el techo de mis abuelos maternos, en San Francisco.”

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Miguel A. Asturias: El señor Presidente (**/***)

(309 pág.; Círculo de Lectores)          (20; abril de 2015; en Huesca)(Premio Nobel 1967)

Un nuevo libro sobre dictadores latinoamericanos, y esta vez con ánimo de revancha por lo que no me llegó a gustar el primer libro que leí de Asturias, pero por poco repetimos.

No tengo duda de que es un gran escritor, que incluso en prosa escribe poéticamente, pero a mi gusto se excede un poco. Debía llevar la tercera parte leída y me planteaba si lo colgaba o no, pero me alegro de no haberlo hecho, pues como ya he dicho, escribe de forma muy bella… otra cosa es que la miel no está hecha para todo el mundo.

Asturias nos dibuja un dictador más próximo al de Vargas Llosa que al de García Márquez, o por lo menos eso es lo que me parece, aunque esta última novela la leí hace más de veinte años y es posible que esté equivocado. Aquí el dictador vuelve a usar a la gente a su antojo, teniendo a todo aquel que está a su alrededor atemorizado y al pueblo engañado. Sin llegar a la crueldad del dictador del escritor peruano, es de este guatemalteco tampoco se queda atrás y, dado el final de la historia, quizá esta es más cruel.

“…¡Alumbra, lumbre de alumbre, Luzbel de piedralumbre!”

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Robertson Davies: Mantícora (**/***)

(364 pág.; Libros del Asteroide)                    (19; marzo de 2015)

Segunda historia de esta trilogía que se inicia donde acabó la primera y que yo no recuerdo hasta que llego al final. Eso me parece que ya no hay quien lo arregle.

Al igual que la primera, que en algún momento se hace lenta o pesada, a esta historia también le ocurre, lo que pasa es que se sigue leyendo por lo que va contando el protagonista. En esta ocasión considero un esfuerzo notable por parte del autor la forma del relato de la historia, pues toda ella se va desarrollando a lo largo de las visitas que el protagonista hace a su psiquiatra: se utiliza el monólogo, el diálogo entre el médico y el paciente o un informe de lo que sueña o le pasó al paciente, y así vamos conociendo partes de la vida del protagonista que es un hijo de los tres o cuatro protagonistas de la primera entrega.

Por el título de la tercera y última parte ya intuyo que tiene que ver con las anteriores, pero dado que aún habré perdido más memoria cundo la lea para mí será como una historia independiente, hasta que en algún punto diga ¡Ah, pero si es la continuación de Mantícora!

“–¿Cuándo decidió usted que debía venir a Zúrich, señor Staunton?”

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P.D. James: Cubridle el rostro (**/***)

(254 pág.; Edhasa)                               (18; marzo de 2015; en Huesca)

¿Casualidad? No es la primera vez que después de un tipo de libro leo otro similar, y no será por su procedencia, pues después de uno de la biblioteca cojo uno nuevo de un autor ya leído, o bien de un lector que aún no había leído nada, como ha sido el caso de los dos anteriores, pero este último era de Marisol. El caso es que los dos han sido sobre un misterio sucedido en un pueblo de Inglaterra.

Esta fue la primera novela de su autora y también la de su inspector Adam Dalgliesh: en ella tiene que descubrir al asesino de una muchacha que había entrado a servir en una de las casas con más solera, y menos dinero, del pueblo.

No había leído nada de James y, aunque ha tenido en contra la excelente historia anterior y el nebuloso recuerdo de las novelas leídas de Agatha Christie, creo que es una historia interesante, con trasfondo social y que instiga al lector a intentar descubrir quién ha sido el asesino.

“Exactamente tres meses antes del crimen de Martingale, la señora Maxie celebró una cena.”

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J.K. Rowling: Una vacante imprevista (***)

(601 pág.; Salamandra)                                 (17; marzo de 2015)

Rowling es autora del fenómeno Harry Potter cuya película me terminó aburriendo. No es un problema de la autora ni de la película: a mí me aburre la fantasía. Pero publica este libro y me entra el gusanillo de saber cómo es. Es un tres estrellas innegable.

En un apacible pueblecito inglés se produce una baja en el concejo parroquial debido a la súbita muerte de uno de los miembros del mismo. Lo que en unas circunstancias normales se habría resuelto con el nombramiento de otra persona, aquí representa el estallido de un volcán que, si bien no estaba dormido no presentaba gran actividad, pero que en su despertar arroja todo lo que lleva dentro: viejas inquinas, maquinaciones, resabios y todo aquello que la mente humana atesora y almacena de los demás a fin de hacerlo salir cuando más daño puede hacer.

Es una novela para adultos y en ella intervienen los adultos de la historia y sus hijos y, en menor medida, algún personaje de la tercera edad. Los adultos tienen sus historias, los adolescentes las suyas y se entremezclan las unas con las otras, siendo muy interesantes todas y cada una de las que se cuentan. ¡Porque la fantasía me aburre por que si no me replantearía leer la obra mencionada en el primer párrafo!

“Barry Fairbrother no quería salir a cenar.”

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